TRIANGULO DE LAS BERMUDAS

El Triángulo de las Bermudas también apodado "modo diablo" es un área geográfica con forma de triángulo equilátero, situada en el océano Atlántico, entre las islas Bermudas, Puerto Rico y la ciudad estadounidense de Miami (en el estado de Florida). Al unir estos tres puntos con una línea imaginaria se forma un triángulo de unos 1600 a 1800 km de lado, y una superficie de 1,1 millones de km² aproximadamente.
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El término fue creado en 1953 por varios escritores que publicaron artículos en revistas acerca de la presunta peligrosidad de la zona. Sin embargo científicos han registrado olas en esa zona de 18 metros de altura y teorizan que pudieran alcanzar los 30 metros de altura, con lo que al menos explica el temor del tráfico marítimo.

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Las embarcaciones que viajaban a Europa pasaban continuamente por esta zona para aprovechar los vientos dominantes y la corriente del Golfo. Luego, con el desarrollo de las máquinas de vapor y los barcos con motores de combustión interna, gran parte del tráfico del Atlántico Norte siguió cruzando (y todavía lo hace) a través del área del llamado «Triángulo de las Bermudas».
La corriente del Golfo, un movimiento superficial de las aguas del océano que trae aparejado un tiempo muy inestable (con sus característicos huracanes), también pasa por el triángulo al abandonar el mar Caribe. La combinación de un denso tráfico marítimo y el tiempo tempestuoso pueden explicar la mayor parte de las desapariciones alegadas.4​ Otras áreas que a menudo se insinúa que poseen características inusuales son:
  • El Triángulo del Dragón, Triángulo de Davisi, o Triángulo de Formosa, conocido por esos tres nombres ubicado en el mar del Diablo, cerca de Japón. Solo es conocido en la literatura acerca del Triángulo de las Bermudas. En Japón no es conocido debido a que la mayoría de los botes perdidos son pequeñas embarcaciones pesqueras sin radio.
  • El Vórtice de Marysburgh ubicado al este del lago Ontario (entre Estados Unidos y Canadá).
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La primera mención documentada acerca del Triángulo de las Bermudas se hizo en 1950: Edward Van Winkle Jones —periodista de Associated Press— escribió respecto a algunos barcos perdidos en la zona de las Bahamas.​ Jones dijo que las desapariciones de barcos, aviones y pequeños botes eran «misteriosas». Y le dio a esta zona el apodo de «Modo Diablo».
Un año después, en 1951, George X. Sand afirmó en un artículo de revista Fate que en esa zona sucedían «extrañas desapariciones marinas».
En 1964, el escritor sensacionalista Vincent Gaddis (1913-1997) acuñó el término «Triángulo de las Bermudas» en un artículo de la revista pulp estadounidense Argosy.​ Al año siguiente publicó el libro Invisible horizons: true mysteries of the sea (‘Horizontes invisibles: los verdaderos misterios del mar’), donde incluía un capítulo llamado «El mortal triángulo de las Bermudas».​ Generalmente, Gaddis es considerado el inventor del término.

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Popularización

En 1974 —10 años después de la invención del Triángulo—, el pretendido misterio se convirtió en un verdadero mito gracias a Charles Echseider (1914-2003), escritor neoyorquino de ciencia ficción, que publicó el superventas El Triángulo de las Bermudas, donde copió bastante texto de Gaddis y recopiló casos de desapariciones (muy manipulados y mal presentados), mezclados con falsedades y flagrantes invenciones exageradas.
El Triángulo de las Bermudas ha recibido el crédito de muchas desapariciones que ocurrieron muy lejos de sus límites «oficiales». A la fecha, unas 50 naves y 20 aviones se han perdido en esa área particular del océano Atlántico. Aunque la mayoría de estas desapariciones pueden explicarse, otras no pueden serlo, y el tema continúa siendo un debate entre creyentes y escépticos.
  • 1909, noviembre: The Spray, un pequeño yate del aventurero canadiense Joshua Slocum (20 de febrero de 1844 - 14 de noviembre de 1909, o días después).
  • 1917: se hunde el SS Timandra, que se dirigía a Buenos Aires desde Norfolk (Virginia) con una carga de carbón y una tripulación de 21 personas. No emitió ninguna señal de radio, a pesar de que tenía la capacidad para ello.
  • 1919: se hunde la nave carguera USS Cyclops (AC-4) con 308 hombres a bordo, debido a un huracán.
  • 1921: se hunde la nave carguera Carroll A. Deering en el cabo Hatteras (a 1050 km al oeste de las islas Bermudas y unos 800 km al noroeste del triángulo).

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Lista cronológica de incidentes informados por Charles Berlitz

Los incidentes más populares se listan a continuación:
  • 1840: el HMS Rosalie, barco que se dirigía a La Habana (Cuba), fue hallado sin tripulación.
  • 1872: el Mary Celeste (hundido entre las islas Azores y la Península Ibérica, a unos 5000 km de distancia de las islas Bermudas); se debe tener presente que a cada lado del triángulo se le atribuye solo 1500 km.
  • 1902 (4 o 21 de octubre): el Freya, buque alemán encontrado a la deriva «poco después» de zarpar de Manzanillo (Cuba), hacia Chile. En realidad había dado la vuelta a Sudamérica por Punta Arenas (sur de Chile) y fue encontrado frente a la costa occidental de México (varios meses después de zarpar de Cuba), arrastrado por las corrientes del océano Pacífico.
  • 1925 (21 de abril): el Raifuku Maru se hunde con testigos en medio de una tormenta a 1063 km al norte de las islas Bermudas totalmente fuera del Triángulo.
  • 1925, octubre: se pierde el carguero estadounidense SS Cotopaxi, «que desde la costa de Florida transmitió que el clima se encontraba en calma, y no envió ninguna señal de auxilio». En realidad, Meyers (capitán del barco) informó por radio que el barco estaba escorando y que tenían la bodega llena de agua.
  • 1926: se hunde el SS Suduffco, debido a un huracán (un capitán que salió en su búsqueda lo llamó «el peor clima que he visto en mi vida»).
  • 1938: se hunde el HMS Angloaustralian en las islas Azores (a más de 4000 km al este del Triángulo), después de emitir «en la tarde hemos pasado Faial. Todo bien».
  • 1942: el submarino francés Surcouf es embestido por el carguero estadounidense Thompson Lykes cerca del Canal de Panamá (a unos 1800 km al sur de Miami; muy lejos del Triángulo).
  • 1945: desaparecen cinco aviones TBM Avenger (el famoso Vuelo 19) de la Marina estadounidense.
  • 1947: se hunde el Army C-45 Superfort a 160 km de las Bermudas (fuera del Triángulo).
  • 1948: se hunde el SS Samkey (Berlitz dice que se hundió en 1943, pero ese fue el año de inauguración). Dio su posición: 41° 48’ N 24° O (200 km al noreste de Azores, y a 4200 km fuera del Triángulo). Solo transmite: «Todo va bien».
  • 1948: desaparece la aeronave Tudor IV Star Tiger, con 31 pasajeros.
  • 1948: desaparece un avión DC-3 NC16002, con 28 pasajeros y la tripulación.
  • 1949: desaparece el segundo Tudor IV, Star Ariel.
  • 1950: desaparece un avión Globemaster, de la Fuerza Aérea estadounidense.
  • 1950: se hunde el carguero estadounidense SS Sandra (de 350 pies), después de pasar por San Agustín (Florida) en su ruta hacia Puerto Cabello (Venezuela).
  • 1952: desaparece un avión de transporte British York con 33 personas a bordo.
  • 1954: desaparece un avión Lockheed Constellation, de la armada estadounidense, con 42 pasajeros a bordo.
  • 1956: desaparece una avioneta de la marina estadounidense, el Martin P5M, con 10 tripulantes.
  • 1962: desaparece un avión KB-50 Tanker, de la fuerza aérea estadounidense.
  • 1963: se hunde el Marine Sulphur Queen, probablemente al desembarcar de Dry Tortugas; cargaba azufre fundido (posiblemente sin medidas de seguridad).
  • 1967: desaparece un avión militar YC-122 convertido en avión de carga.
  • 1967: se hunde el crucero Witchcraft a una milla de Miami; realizó una llamada a la guarda costera, pero a los 19 minutos ya se había hundido completamente.
  • 1970: se hunde el carguero francés Milton Latrides cuando navegaba desde Nueva Orleans hacia Ciudad del Cabo; llevaba una carga de aceite vegetal y sosa cáustica.
  • 1972 (aunque Berlitz dice 1973): se hunden en una tormenta dos cargueros alemanes: el Anita (de 20 000 toneladas, con una tripulación de 32) y su barco gemelo, el Norse Variant (ambos con carga de carbón). Un sobreviviente de este último fue encontrado flotando en una balsa; describió la pérdida del barco en medio de un huracán. Las olas rompieron la tapa de la compuerta y hundieron rápidamente la nave.
  • 1976: se hunde el SS Sylvia L. Ossa en un huracán al oeste de las Bermudas (fuera del triángulo).
  • 1978: se encuentra abandonado al SS Hawarden Bridge en las Indias Occidentales. Se presume que se debió a un crimen cometido. Meses antes, en febrero, la Guarda Costera de los Estados Unidos lo había detenido en Cape Knox y había encontrado marihuana.
  • 1980: se hunde el SS Poet en un huracán, cuando transportaba granos hacia Egipto.
  • 1995: se hunde el carguero Jamanic K (construido en 1943), tras zarpar de Cabo Haitiano.
  • 1997: se hunde un yate alemán.
  • 1999: se hunde el carguero Génesis después de zarpar del puerto de San Vicente; su carga incluía 465 toneladas de tanques de agua, tablas, hormigón y ladrillos; informó de problemas con una bomba de achique un poco antes de perder el contacto. Se realizó una infructuosa búsqueda en una área de 85 000 km² (33 000 millas cuadradas).
  • 2017: desaparece la aeronave bimotor MU-2B, que transportaba a cuatro estadounidenses, había partido el lunes desde Puerto Rico con destino a Florida, pero se perdió el contacto poco después del despegue.

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Otros barcos

  • Atalanta.
  • Connemara IV.
  • Gloria Colite.
  • John and Mary.
  • Rubicon (desaparecido en medio de una tormenta tropical; aunque Berlitz afirma que desapareció en clima normal).
  • Stavenger (barco inexistente inventado por Berlitz).
Debe notarse que algunos de los casos listados anteriormente, que popularmente están asociados con el Triángulo de las Bermudas, realmente no estuvieron en el área del Triángulo en el momento de su desaparición.




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El Vuelo 19 (1945)

TBM Avenger volando en formación.
Uno de los incidentes más conocidos y probablemente el más famoso sobre el Triángulo de las Bermudas es acerca de la pérdida de un escuadrón de cinco bombarderos TBM Avenger de la marina de Estados Unidos durante un vuelo de entrenamiento que salió de Fort Lauderdale (Florida) el 5 de diciembre de 1945.
De acuerdo con el escritor fantástico Charles Berlitz (1914-2003), el caso consistía en que varios aviadores navales simplemente desaparecieron después de que informaran de varios efectos visuales extraños, una afirmación que no es completamente acertada. Además, Berlitz afirmó que debido a que los restos de los TBM Avenger flotarían por largos periodos de tiempo, estos debieron ser encontrados al día siguiente considerando que esos días se registraron con marea tranquila y cielo despejado.
Sin embargo, no solo no pudieron ser encontrados, sino que un avión de búsqueda y rescate de la Marina que mandaron también se perdió. Adicionalmente, la intriga se incrementó al conocer que el informe del accidente de la Marina lo atribuyó a «causas o razones desconocidas».
Mientras que algunos hechos de la versión de Berlitz son esencialmente exactos, no describe algunos detalles importantes. La visión de un experimentado escuadrón de aviadores de combate perdiéndose en una tarde soleada es inexacta. Para cuando se recibió la última transmisión de radio del Vuelo 19, había comenzado un tiempo tormentoso.
Tan solo el líder de vuelo, el Teniente Charles Carroll Taylor, tenía experiencia de combate y un tiempo de vuelo significativo, pero al mismo tiempo tenía muy poca experiencia en esa área en particular, menor que la de los aprendices bajo su mando. Taylor fue descrito como un líder calmado y confiado. En cambio, las transmisiones de radio del Vuelo 19 revelaron a un Taylor desorientado, con una carencia de confianza en sus decisiones, y completamente perdido.
Además, las afirmaciones exageradas establecían que todos los aviones tuvieron problemas con sus brújulas. Sin embargo, los informes navales y registros escritos de las conversaciones entre el Teniente Taylor y otros pilotos del Vuelo 19 no indicaban esto. En cuanto al informe de la Marina, se afirmó que el informe original atribuyó el accidente a la confusión del comandante de vuelo. El Teniente Taylor previamente había abandonado su nave en dos ocasiones en medio del Pacífico después de haberse perdido, para regresar al portaaviones. Sin embargo, el informe se alteró para retratar otra situación debido a los deseos de su familia.

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Otro factor a considerar es que las naves TBM Avenger nunca fueron diseñadas para el amerizaje, contrario a las afirmaciones de Berlitz. La experiencia de combate en el Pacífico demostró que un avión Avenger se hundía muy rápidamente si este amaraba. Para un Avenger sería muy difícil amarar, especialmente con pilotos novatos al mando, y al dejarlo en los mares peligrosos del Triángulo de las Bermudas.
Sin embargo, el hecho de que hasta la fecha no se ha descubierto rastros o algún resto de las naves ha llevado al misterio, y, en sí mismo, es un caso raro. En un documental sobre este evento de The History Channel, se hizo notar que un piloto puede confundir fácilmente su ubicación si permite que su imaginación controle su razón.
En este documental el escenario más probable fue que el líder de vuelo, el teniente Charles Taylor se confundiera y se desorientara. Siendo indeciso en última analogía de la situación del vuelo, habría creído incorrectamente que estaban lejos del sureste de Florida Keys, y girado bruscamente hacia la derecha, creyendo que encontrarían tierra. En cambio, ellos se ubicaban exactamente donde debían estar, fuera de las Bahamas, y al girar a la derecha los llevó más adentro del océano hacia el Atlántico. Esto también podría explicar por qué los aviones todavía no han sido encontrados, ya que muy pocas búsquedas se han concentrado en las inmensas áreas abiertas del océano.
Por consiguiente, la explicación generalmente más aceptada por entusiastas navales y civiles que han investigado minuciosamente este incidente coincide en que el Teniente Charles Taylor se confundió y se desorientó, llevando a su tripulación al mar abierto donde se les acabó el combustible y aterrizaron en aguas tormentosas durante la noche. Y aunque los pilotos estudiantes sabían que él estaba equivocado sobre su ubicación; él era el líder de vuelo y estaba al mando.

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Para cuando él tomó el consejo de uno de sus aprendices pilotos sobre volar hacia el oeste, ya se encontraban muy lejos como para aterrizar sobre tierra firme. La posición oficial de la Marina estadounidense sobre el incidente no refleja ningún misterio relacionado con lo que le pasó al Vuelo 19, describiendo el hecho de que la culpa residió completamente en el Teniente Charles Taylor. El único misterio para la Marina estadounidense es dónde se estrellaron los aviones del Vuelo 19.
Otra hipótesis en ese mismo documental declara que los aviones realmente pudieron haber estado donde Taylor creyó que ellos estaban, y que se estrellaron en los pantanos de Georgia. Sin embargo, esa hipótesis se ha tomado con escepticismo.
En 1991, los restos de cinco Avengers fueron descubiertos frente a las costas de la Florida, pero los números de serie del motor revelaron que no eran del Vuelo 19.​ Los registros revelaron además que estas aeronaves descubiertas, habían sido declaradas obsoletas —no aptas para el mantenimiento/reparación— y fueron simplemente eliminadas en el mar.
Los registros también mostraron accidentes de entrenamiento entre 1942 y 1945 que representaron la pérdida de 95 elementos de personal de la aviación de NAS Fort Lauderdale11​ Los investigadores han ido ampliando su ámbito para incluir más al este, en el Océano Atlántico, pero los restos del Vuelo 19 todavía no han sido confirmados como encontrados.
Un hidroavión de rescate PBM Mariner también desapareció sin dejar rastro durante la búsqueda del Vuelo 19, tal como Berlitz declaró en su libro. Esto incrementó la especulación sobre fenómenos sobrenaturales y el Triángulo de las Bermudas, y aunque Berlitz aludió en su libro a la casualidad sobre el Triángulo de las Bermudas, se formula en cierto modo que algunos puntos también son misteriosos y desconocidos, cuando de hecho no lo fueron.
El SS Gaines Mill informó de una explosión por encima del agua poco después de que despegó el PBM Mariner, en el lugar donde debía de estar este. Se pudo divisar una mancha de aceite en ese punto, pero el mal tiempo impidió que se recobrara cualquier resto, y para cuando el tiempo tormentoso terminó, todos los rastros del accidente ya no estaban ahí. El escenario más probable fue que una fuga de combustible causó la explosión que desintegró el avión.

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Las explicaciones que han dado muchos investigadores para estas desapariciones van desde secuestros por parte de piratas modernos a un simple error humano.
Volviendo a las posibles explicaciones, los análisis menos fantasiosos apuntan a que las fuertes corrientes y la profundidad de las aguas podrían explicar la ausencia de restos, subrayando que varias de las desapariciones atribuidas a esta zona, ocurrieron en verdad a más de 600 kilómetros. Además, cada día varios cientos de naves civiles y militares atraviesan la región sin contratiempos.
Se estima que en los últimos 100 años por esa zona han pasado unas 10 millones de naves (100 000 por año). Se cree que desde mediados del siglo XIX han desaparecido un total de 50 barcos y 20 aviones.
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Las desapariciones dentro de la zona, ya que si bien la zona es una de las que más tráfico aéreo y marítimo registran, la frecuencia de los accidentes es proporcionalmente muy baja, en comparación con otros puntos del globo. La aseguradora marina Lloyd de Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que cualquier otra área del océano, y no cobra tarifas adicionales por el paso a través de esta región.
Los archivos de la Guardia Costera confirman esta conclusión. De hecho, el número de supuestas desapariciones es relativamente insignificante considerado el número de naves y aviones que pasan regularmente a través del triángulo.
Aunque ya existía el precedente de Gaddis, tal como se ha explicado, la tasa de accidentalidad de la zona no ofrecía casos suficientes de desapariciones que pudiera incluir en su libro y que tuvieran algún punto no resuelto en la aclaración del accidente. Por este motivo, Berlitz recurrió a diversas estratagemas para hinchar su obra.
Varios de los barcos que Berlitz mencionó no se encontraban en ese enclave geográfico. Es el caso del Mary Celeste, que se hundió entre las islas Azores y la península ibérica. El Freya también lo sitúa en las Bermudas, pero desapareció en el Pacífico, así como el Raifuku Maru, que desapareció en el Atlántico Norte. A otros los nombra erróneamente, como el Atlanta, llamado realmente Atalanta.
También hay desapariciones que no son tales, como las del caso de los buques de guerra Proteus y el Nereus (1941) que está constatado que se hundieron en acciones bélicas. Para el hundimiento del Rubicon, Berlitz mintió afirmando que desapareció en circunstancias de clima normal cuando está comprobado que hubo una fuerte tormenta en la zona. En otras ocasiones, recurrió a escribir sobre barcos ficticios, como el Stavenger.
Además el Triángulo de las Bermudas es una de las zonas con más tráfico aéreo y naval de todo el mundo y con incidencias climáticas como tormentas y huracanes que hacen muy factible y explicable la cantidad de naves hundidas, sobre todo antes de la invención de los sistemas de navegación actuales. Estos han desbaratado la invención de Berlitz, ya que no se ha vuelto a registrar ni un solo caso de aeronave desaparecida en una de las zonas con más tráfico aéreo del mundo, aunque supuestos "testigos" hablan de los "incidentes" que sufrieron con sus avionetas particulares y que acabaron felizmente.
En cuanto se perfeccionen las técnicas de inmersión en aguas profundas es probable que se recuperen la mayoría de los barcos perdidos.
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Lawrence Kusche, un bibliotecario de la Universidad Estatal de Arizona en la época del incidente del Vuelo 19, a comienzos del año 1975, se sintió intrigado por el número de estudiantes que llegaban preguntando acerca del Triángulo de las Bermudas. Comenzó entonces una exhaustiva investigación de seguimiento de los informes originales. Finalmente publicó sus hallazgos en 1975 en The Bermuda triangle mystery: solved (El misterio del Triángulo de las Bermudas solucionado).
La investigación de Kusche reveló una gran cantidad de incoherencias y falta de exactitud entre los informes de Berlitz y las declaraciones originales de los testigos, participantes y otros involucrados en los incidentes iniciales.
Demostró que muchos de los casos citados por los difusores del supuesto misterio ni siquiera existieron (presentaban números de vuelo falsos o de barcos inventados), y que la mayoría de las tragedias que sí ocurrieron se situaron fuera de los límites del Triángulo (ver enlace externo más abajo). Notó que había casos en que no se informaron datos pertinentes, por ejemplo en el caso del navegante circunnavegador Donald Crowhurst, que Berlitz presentó como un misterio, a pesar de que hubo evidencia clara de que Crowhurst había fraguado el proyecto de su viaje y probablemente se suicidó.

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Según Kusche, la credibilidad de Berlitz «es tan baja que virtualmente es inexistente. Si Berlitz informase de que un barco es rojo, las posibilidades de que fuera de otro color constituirían casi una certeza. Dice cosas que simplemente no son ciertas. Deja de lado todo material que contradiga su “misterio”».
Otro ejemplo fue el barco-transporte que Berlitz describió como perdido sin rastro por tres días en el Atlántico cuando estuvo perdido por tres días en un puerto del mismo nombre (Manzanillo) en el océano Pacífico.
Kusche también argumentaba que un gran porcentaje de los incidentes que Berlitz atribuye a la misteriosa influencia del Triángulo de las Bermudas realmente ocurrieron muy lejos de allí. Kusche extrajo varias conclusiones:
  • La proporción entre buques y aviones que se informaron como perdidos, y los que atraviesan sin problemas el Triángulo de las Bermudas no fue significativamente mayor que en cualquier otra área del océano.
  • En una zona donde son frecuentes las tormentas tropicales repentinas, la desaparición total de algunos barcos no debería considerarse rara, desproporcionada, improbable, ni misteriosa.
  • Las estadísticas de los casos fueron exageradas debido a una pobre investigación. Por ejemplo, algunos botes informados como perdidos y que finalmente regresaron a su puerto con retraso, permanecieron registrados como «perdidos».
  • En los informes de Berlitz, en las circunstancias de las desapariciones confirmadas se miente o exagera. Por ejemplo, cuando Berlitz informaba que un barco había desaparecido en un día de sol, los informes del tiempo de esa fecha indican una tormenta tropical.
  • «La Leyenda del Triángulo de las Bermudas es un misterio fabricado... perpetuado por escritores que, intencional o ignorantemente, hicieron uso de conceptos erróneos, razonamiento defectuoso y sensacionalismo».
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Críticas escépticas a la creencia en el Triángulo de las Bermudas

Los críticos alegan que Berlitz y otros han exagerado los aspectos «misteriosos» de algunos casos (Berlitz mismo no abogaba por ninguna explicación paranormal), y arguyen que en el Triángulo de las Bermudas no hay más «desapariciones» que en ninguna otra área comparable del océano. Es de notar que la empresa de seguros Lloyd’s de Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que ninguna otra zona del océano, y no cobra ninguna tasa inusual de aseguramiento por pasar a través de esa área. También la Guardia Costera confirma esto.
En un estudio de 2013, el World Wide Fund for Nature identificó las 10 zonas marinas más peligrosas para la navegación, y el «Triángulo de las Bermudas» no se encontraba entre ellas.
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Respuestas racionales

A pesar de las creencias populares, los Guardacostas de los Estados Unidos y otras fuentes citan estadísticas que indican que el número de incidentes que involucran aviones y buques perdidos no es mayor que en otra parte del mundo igual de transitada.
Mientras que se ha demostrado que muchos de los supuestos misterios no eran tales al analizarlos con detalle, teniendo inexactitudes que circulan durante décadas, algunos pocos todavía no tienen una explicación.
El resto de los casos pueden ser explicados en términos banales.

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Hidratos de metano

Distribución mundial de los yacimientos de hidrato de metano, en 1996.
Una explicación de algunas de las desapariciones apunta a la presencia de vastos yacimientos de hidratos de metano bajo las placas continentales.17​ En 1981, el Servicio Geológico de los Estados Unidos informó la aparición de estos hidratos en el área de Blake Ridge, en la costa sudeste de Estados Unidos.
Las erupciones periódicas de metano podrían producir regiones de agua espumosa que podría no dar sustentación suficiente a los barcos. Si se formara un área de este tipo alrededor de un buque, éste se hundiría muy rápidamente sin aviso. Los experimentos en el laboratorio han probado que las burbujas pueden realmente hundir a un barco a escala, debido a que se disminuye la densidad del agua.


Algunos escritores han sugerido que este hidrato de metano liberado repentinamente en la forma de burbujas gigantes de gas, con diámetros comparables al tamaño de un barco, podrían hundirlo.
Mientras que al realizar el experimento con un avión se denota que se podría haber alterado los indicadores de velocidad, altímetros, medidores de OAT (temperatura exterior del aire), indicadores de viraje e inclinación lateral (giroclinómetro), brújulas, indicadores de velocidad vertical y giroscopios, lo cual haría que se notara que el avión está subiendo a una altura peligrosa y eventualmente haría que este descendiera, al descender podría llegar incluso a chocar con el agua, o si no, como se ha escrito anteriormente, podría lograr alterar su brújula y adentrarse al medio del triángulo hasta que este se quede sin combustible y eventualmente se desplomará en el agua.

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